Anitta, la estrella brasileña que quiere conquistar Estados Unidos

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Anitta está consciente de que cuando se trata de su obra, ella es, ante todo, una perfeccionista. Durante años, ha trabajado con un terapeuta del lenguaje para minimizar su acento e incluso cuando daba los toques finales a su álbum, regrabó partes de las canciones. ¿Importaría si cantaba en inglés con un acento marcado? No debería, pero sí importa, opinó Anitta. “Me di cuenta de que si hablo más lento en las reuniones o con acento, las personas me respetan menos”, indicó al recordar cómo se sintió cuando empezó a hacer negocios en Estados Unidos.

Las cosas son diferentes en su vida private, pero es difícil renunciar completamente al management cuando ha vivido la mayor parte de ella bajo la lupa. Anitta, que es bisexual, ocultó durante años a la prensa brasileña aspectos clave de su identidad, entre ellos su sexualidad. “Fue complicado porque todo period muy tabú en aquella época”, explica. “Muchos cantantes no salían del armario, y no los juzgo porque sé que muchos lo hicieron por mí”.

Solo después de que un guardaespaldas tuviera que perseguir a alguien que le hizo una foto besando a una mujer en una fiesta, se dio cuenta de que quería dejar de esconderse. “Mi madre sabe que beso a chicas desde que tengo 13 años, ¿por qué debería importarme lo que piensen los demás?”, dijo en una segunda entrevista, levantando las dos manos en señal de exasperación mientras se encorvaba en el sofá de una habitación de lodge en Los Ángeles.

En cuestiones políticas, algunos aspectos de la vida de Anitta también han estado bajo escrutinio desde hace tiempo. La intérprete fue criticada en 2018 por no condenar de manera abierta al ahora presidente brasileño de extrema derecha, Jair Bolsonaro, cuando estaba en las primeras etapas de su campaña. Sin embargo, ella afirma que hay una razón para ello. “Estaba teniendo mi iniciación religiosa”, aseguró. En el candomblé, un culto que mezcla creencias de los yorubas, los fons y los bantús, las iniciaciones en normal requieren que las personas se mantengan recluidas durante alrededor de 21 días. “No tenía forma de ponerme en contacto con el mundo exterior”.

Cuando quedó claro que Anitta tendría que decir algo, llamó a una amiga, Gabriela Prioli, una abogada, periodista y comentarista política, y le pidió ayuda. “No entendía nada. No sabía qué hacía un congresista o qué hacía un concejal”, relató Anitta. “No me avergüenza decirlo porque la mayoría de los brasileños no lo sabe”.

A la larga, a Anitta le pareció tan útil la conversación que decidió comenzar a transmitir clases de educación política con Prioli en su Instagram, que espera reiniciar antes de las elecciones de este año. Aunque ella no dará su apoyo a ningún candidato, Anitta ahora se opone de manera firme a Bolsonaro. A finales de marzo, cuando abogados que representan al partido del presidente solicitaron al Tribunal Superior Electoral que evitara que los artistas hicieran “manifestaciones políticas” en sus presentaciones, Anitta alentó a otros artistas a desafiarlos. “A mis amigos que quieren alzar la voz: yo pagaré su multa”, dijo en una historia de Instagram.

Bolsonaro y Anitta incluso chocan en ocasiones en las redes sociales, donde la cantante puede presumir de tener 61 millones de seguidores tan solo en Instagram. “Él sabe que no le agrado a sus simpatizantes conservadores, así que usa mi nombre para atraer la atención hacia él”, aclaró.



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